En época de bonito, no puedo dejar pasar la oportunidad sin ofreceros esta receta tan clásica y de tanta tradición pesquera. Un plato de pescadores, que cuando los mares eran otros mares, quiero decir sin tanto petróleo, los pescadores lo realizaban en alta mar y usaban la propia agua salada de los mares, para conseguir ese sabor tan característico.
La receta es muy sencilla que con buena materia prima y un fuego lento el plato será un éxito seguro. Comenzaremos por picar una cebolla, dos puerros, unas láminas de ajo y unos trozos de bonito, rehogando todo a fuego lento, con aceite de oliva, sal y un poco de pimienta. A continuación añadimos pimiento rojo, verde, unas patatas escachadas, para que suelten todo el almidón y espesen el caldo, junto con agua o caldo de pescado y en en mi caso dos vasos buenos de sidra, exquisito.
No descarto que además podáis trocear un poco de tomate, unas ñoras y una guindilla para que le de vida a todo ello. Es un plato que adoro, un plato de cuchara y que con un buen pan de pueblo pondrá la guinda a una receta sensacional.
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